sábado, 1 de agosto de 2009

Adios



Me quede sentado en aquel monumento a la vida. Viento cristalino que ya te vas, pensaba mientras me dolía. Había estado allí muchas veces, pero sabías que está era la última. No te podías dar más la vuelta, ya lo estabas. Acerqué el fuego a aquel cigarro que ya te parecía un extraño. La ausencia de aire no evitaba la combustión de ti, de aquel cigarro. Creíste desaparecer, como si cerraras los ojos, pero ahí estabas en aquel lugar que te vio creer. Cerraste los ojos y me despedí. No lo veo.